11 ago 2008

ALEJANDRA

Por Jair García-Guerrero

Arde el altar; ha llegado una nueva:
la catedral el iluminado encontró
echa la vida y la muerte, pues confió
jugar en la mesa de la esperanza.

Ante la cálida cruz de su vientre,
nuestro Arquitecto las velas encendió:
dales amarres con sagrada intención
rosas y estrellas y espera paciente.

Ante la campana, palomas de paz
yacen en lo alto esperando el honor
con el que cruzan la bóveda alta:

cielo invadido por su amor, nada más.
Ya de esta alianza se escucha otro rumor:
arderá la llama eterna y santa.

1 comentario:

Liebre dijo...

Hola, Hey me gusta eso quepusiste yo soy un joven aficionado a la literatura. Ojala y puedas darte una vuelta por mi blog y dejarme un comentario o una critica, en fin cuidate.